El Trabajo

Todo empieza de nuevo para aquellos buscadores
de sin sentidos, pescadores de aguas absurdas y mineros perdidos.
( Que manera más estupida de empezar, pero ya de por sí lo es siendo día de trabajo.)
Nos enfundamos nuestros trajes y nos enrolamos en la obra.
Despertamos para vegetar en la realidad que nos imponen.
Ver las horas languidecer y morir hasta el viernes.
En verdad, somos victimas de ese enmascarado ser llamado trabajo.
Argollas que llevamos, ya no reconociendolo sino, además, creyendo que
gracias a nuestro amo seremos seres de provecho.
Y cierto es, que somos de provecho, de unos pocos...
Por eso refugiemonos en la música, los escritos y las imbecilidades
de nuestra mente, refugio ante esta sociedad explotadora que nos devora
sin darnos cuenta.
Agachemos la cabeza para que no nos descubran, entremos en la mina,
cogamos nuestra caña o salgamos al mar.
No podemos abstraernos de lo impuesto, no podemos
desechar las dádivas a las que hemos sujeto nuestra felicidad,
pero podemos fingir nuestra servidumbre y crear proclamas a nuestra libertad.